sábado, 25 de septiembre de 2010

Del barco de Chanquete no nos moverán...

Estamos en crisis. En eso estamos todos de acuerdo. Se estan tomando unas medidas que, por lo visto, están diseñadas a hundirnos más en la miseria. Por no mencionar las largas, larguísimas colas de parados que cada día se agolpan desesperados en busca de un puesto de trabajo que les ayude, como a todo hijo de vecino, a pagarse una mínima vivienda (que muchas veces ni digna es).Estamos descontentos, indignados, en palabras que todo el mundo entienda, hasta las mismísimas narices de todo este asunto.

De ahí, la huelga del 29 S. Por mi perfecto que se quiera luchar por nuestra dignidad y nuestros derechos, apoyo la huelga si eso va a servir de algo. El problema; muchos de los que, por suerte, tenemos empleo, nos "informan" que, por supuesto que podemos unirnos a la huelga pero que se nos descontará de sueldo y de paga. Estupendo. Si sumamos que estamos en crisis, que puedo perder mi puesto de trabajo y que siempre habrá muchos más para suplirme, que mi sueldo es una porquería, que las pagas me van de mucho para pagar alquiler, luz, gas, agua, impuesto de circulación, gasolina, reparaciones del coche, pago a plazo de muebles, comida y otras historias varias, esto da el resultado siguiente: como una pringada voy a trabajar. ¿Cobarde? Pozi. Pero este mes va a ser muuuuy duro si no cobro todo lo que tengo que cobrar.

Vale, voy a trabajar. Pero hay otra cosa. ¿Quién me asegura a mí que no van a haber piquetes? Porque trabajo con niños pequeños, si les pasa algo porque a alguien se le va la castaña, ¿qué hacemos entonces? Y bueno, preguntas a las familias y la mayoría te dice que van a traer al niño. Estupendo, pero si la cocinera, que vive en las conchibambas no llega porque no hay trenes para llegar, entonces la comida la traerá el señor McDonals. Y lo mismo para el resto de compañeras que dependen totalmente del transporte público para llegar. ¡Genial! 122 niños para... ¿3?

En fin, que si sô-brevivo a la experiencia os lo cuento el mismo miércoles. Y, por cierto, a los que apoyéis y participéis en la huelga: los niños, los ancianos y los enfermos no tienen la culpa que estemos tan quemados. La lucha pacífica es la mejor opción para defender nuestros derechos.