domingo, 28 de marzo de 2010

Oh, lai la, la Primavera, la Primavera!

Efectivamente, desde la semana pasada YA ES PRIMAVERA, aunque el Corte Inglés ya esté preparando la campaña de Verano.

Esta estación en la que tantísima gente se acuerda de la madre que parió a cada una de las flores y a su polen, la estación en la que te despiertas por la mañana, te abrigas porque ayer hacía un frío del carajo, sales a la calle y te asas de calor o, por contra, te enfundas en una camisa, sales a la calle y vuelves a casa a buscar un abrigo. ¡A ver si nos aclaramos!

También dicen que la Primavera la sangre altera... en los niños esto es una verdad como un templo; ¡no hay quien los aguante! Llegan por la mañana y, delante de sus padres le arrean un empujón al compañero o compañera más cercano en ese momento. Se muerden, se arañan, se dan patadas. Como están alterados, no se les ocurre nada mejor que hacer que correr alrededor tuyo a ver si consiguen que te marees (¡uy, sí, que divertido!). Si no, te vas a otra clase a la hora de comer y, mientras ayudas a dar de comer a la nena que con casi tres años en su casa sigue comiendo triturados, Jaime Daniel se dedica a repetir una y otra vez: Sonia, ¿que hay después? ¿carne, burguesa? ¿sí? ¿hay carne? ¿hay burguesa? A lo que tú, muy pacientemente le contestas cada vez "no lo sé, corazón, creo que sí, que hay hamburguesa pero no lo sé". Imaginaos esta escena en un bucle durante 10 minutos. Desesperante, ¿verdad? Hasta que, por fin, llega el segundo plato, el niño está viendo que sí, que hay hamburguesa y ¡sigue preguntando "Sonia, ¿que hay después? ¿carne, burguesa? ¿sí? ¿hay carne? ¿hay burguesa?" Aaaaaaaaaaagh!

Pero llega Semana Santa, o al menos cuatro días sin niños... Juro solemnemente que me encanta mi trabajo, que adoro a todos y cada uno de esos renacuajos pero ¡NECESITO ESCUCHARME MIS PENSAMIENTOOOOOOS! Y estoy segura que, ellos, también necesitan desconectar y coger energías renovadas para volver al ataque. ¡Os quiero, mis Bestias Pardas!

lunes, 15 de marzo de 2010

Ya están aquíiiii!


Hola amigos y amigas de la nave del misterio, bienvenidos a una nueva y espeluznante entrada de Octavo Lustro. Hoy, vamos a hablar de algo que puede herir la sensibilidad de nuestros lectores. Os avisamos que lo que a continuación os vamos a relatar puede resultar verdaderamente SOBRECOGEDOR.


Todo aconteció una fría pero soleada mañana de invierno (domingo 14 de marzo, para ser exactos). Sô se acercó a contemplar las diversidades monocromáticas de las plantas de su patio (verde, verde y más verde). De pronto, algo llamó su atención. Un escalofrío recorrió su espalda. Al mirar a su alrededor se percató de la presencia de ciertas plantas con flores rojas, parecidas a las campanillas, que surgían de todas las macetas de aquel patio tan verde no mucho tiempo atrás.



- ¿De dónde narices han salidos estas flores? - se preguntó Sô. No recordaba haber plantado nada, de hecho, ninguna planta sobrevivía a sus zarpas (porque no tengo manos, tengo zarpas). Aquel hecho era espeluznante. Decidió consultarlo con una experta en el patio (es decir, mi madre, básicamente porque se encarga ella de mantener con vida toda esa lechuga, porque otro nombre no puede recibir).


- Pues no sé, empezaron a salir de repente pero no sé de donde han salido. Tal vez sean plantas alienígenas. (música de Encuentros en la Tercera Fase interpretada por Muse).


Jarl. Amigos, compañeros, estoy segura que este relato os a puesto la gallina de piel. No sabemos hasta qué punto pueden llegar a crecer y expandirse estas curiosas plantas con flor a las que denominaremos "alienillas" - aliens +campanillas-. Desde la nave del misterio continuaremos investigando.



Esperamos sus experiencias, sus inquietudes y sus sobrecogimientos, aquí en Octavo Lustro. Se despide Sô-friker.