martes, 22 de noviembre de 2011

Hay personas que brillan con luz propia



Hace bastante que no escribo pero hoy tengo una muy buena razón para hacerlo.


Cuando empiezas a trabajar, esperas encontrar algo que te guste, que te realice. Si tienes suerte y encuentras trabajo de tu vocación, enhorabuena. Entonces te planteas encontrar un buen clima de trabajo, estar a gusto no sólo con tu trabajo sinó con tu equipo. Yo, por suerte, encontré ese buen ambiente, compañerismo, muchas risas y, sobretodo, muy buenas amigas, para lo bueno y para lo malo.



El día que una de estas buenas amigas te dice adiós, es algo muy duro. En Julio fueron dos grandes amigas las que nos dijeron adiós. Te dices a ti misma que es un cambio para bién, que van a encontrar, si no lo mismo, algo parecido a lo que teníamos todas juntas. Les deseas lo mejor y esperas que sean muy felices en su nueva vida... no siempre se tiene esa suerte.



Y mi pregunta es, ¿por qué somos tan mezquinos, rastreros, envidiosos y...? Podría pasarme toda la noche buscando calificativo poco estimulantes y todos serían verdad. ¿Por qué no podemos, simplemente, buscar las cosas buenas, recibirlas como un regalo y hacer piña?



Me duele en el alma ver que mi amiga, la que tantos momentos buenos me ha dado, de la que tanto he aprendido y de la que, aunque en la distancia, seguiré teniendo muy cerca en el corazón, se sienta triste, sola, infravalorada y marginada en su nueva etapa... Era una nueva etapa que debía ser la más feliz, el gran paso que tomaba debía ser también recompensado en el trabajo... Lo que más me ofusca es no poder hacer nada por ella, que tenga que ser ella la que luche, la que aguante el tipo. No es justo.



Hoy he querido rendir homenaje a alguien que considero muy valiente, con un corazón que no le cabe en el pecho y con una belleza que se ve tanto por fuera como por dentro. Eres única, que no se te olvide. Te queremos, eso ya lo sabes. No estás sola, que les quede claro. Esta lucha la ganaremos.



Porque siempre serás nuestro "Solete".