domingo, 1 de agosto de 2010

Ruidos orquestales en la oscuridad

Hola de nuevo, amigos de la nave del misterio. Hoy, nos encontramos aquí para hablar de uno de los más escalofriantes de los secretos de las casas: las canicas.

Todos y todas habréis sido testigos de este hecho en algún momento de vuestras vidas. De repente, os acostáis tranquilos en vuestras camas, cerráis los ojos y un ruido sobrecogedor os despierta a altas horas de la noche. Ese tac, tac, tac de algo metálico rebotando contra el suelo, seguido del rodar de algo parecido a una canica, hasta que choca contra la pared.


Mucha gente pensará, el niño del piso de arriba se ha ido a dormir con las canicas en la mano y se le han caído. Pero, curiosamente, este sonido también lo han escuchado personas que no tienen conocimiento de niño o niña alguno en la casa de sus vecinos; incluso diré más, éste sonido se ha escuchado en lugares donde NO hay vecinos en el piso de arriba, incluso en casas unifamiliares.


Entonces, ¿qué es ese ruido? Una de las teorías que se barajan, después de hablar con algunos tertulianos (compañeras del trabajo que también han escuchado dichos ruidos), cuenta que, al igual que los muebles crepitan al enfriarse durante la noche, el suelo - o el techo, según la perspectiva de cada uno- produce ciertos sonidos parecidos a los descritos anteriormente. Reflexionando sobre dicha teoría, me sorprendo a mí misma diciendo ¡Venga ya!, ¿cómo va ha hacer el suelo ese ruido de canicas? Pero claro, ¿hay otra explicacion?


¿Tal vez a los espíritus les gusta jugar a las canicas sólo para fastidiar a los pobre mortales que necesitamos descansar para no acabar matando a alguien al día siguiente? ¿O són los ruidos de una dimensión paralela en la que, todos sus habitantes, se dedican a jugar a este juego de nuestra infancia? Tal vez sea una partida de bolos en dimensión pequeña, a la que juegan seres diminutos que viven en nuestro subconsciente. Sea lo que sea, estos ruidos estan en la vida de todos y cada uno de nosotros, así que, amigos de la nave del misterio, hasta que lleguemos a una conclusión feaciente, no descansaremos en la búsqueda de la verdad (caray, que profundo me ha quedado esto.... oh, ¿seguimos en antena?).


Aquí termina otro de nuestros viajes a lo desconocido, a los misterios que nos hacen preguntarnos ¿quién somos?, ¿a dónde vamos? ¿Por qué los pimientos del padrón, unos pican y otros non? Preguntas de gran trascendencia. Os esperamos aquí, en unos cuantos días, cuando me venga la inspiración friki. Hasta entonces, Larga y próspera vida.

1 comentario:

  1. Ostia! Si que es bueno el post. Sobretodo porque hace un tiempo leí algo sobre el tema: http://blogs.heraldo.es/ciencia/?p=629 (ojo al título del blog). Cuesta creer, pero puede ser una explicación lógica. Aunque la teoría de Los Diminutos jugando a bolos me gusta más... jejeje

    ResponderEliminar