Las semanas que me toca entrar antes al trabajo son, como diría mi directora, "mortales de necesidad". Después del fin de semana, y a pesar que tengo una facilidad innata para quedarme dormida, los lunes me cuesta horrores impulsarme fuera de la cama, sobretodo en invierno, cuando se está tan calentito enfundada en el nórdico y hace tanto frío ahí fuera... Los martes, ya te vas haciendo a la idea. Los miércoles ya son la bomba. Entro a trabajar a las 8h (aunque yo siempre llego bastante antes) y salgo a las 19h. Que sí, que mi horario es un chollo, teniendo en cuenta que hay mucha gente que hace más horas que un reloj pero yo no tengo dos horas para comer, es más, normalmente tengo 45 minutos. Tampoco tengo descanso a la mañana para hacer un café, mi sueldo es una porquería, etc. Mejor dejo las comparaciones laborales, que "tampoco estamos tan mal". Y terminamos la semana con el último empujón del jueves y la suma alegría de los viernes, final de semana y final de tortura matinal.
Efectivamente, esta semana me toca entrar antes. Pero esta semana está resultando muuuuy dura. A parte de entrar una hora antes, éste año estamos batiendo récords en lo que respecta a niños en servicio de acogida. Y son niños a los que hay que dar de desayunar, cambiar pañales si se hacen caca, llevar al baño los que ya no llevan pañal, limpiar las mesas y el carro de la comida cuando acaba el servicio, llevarte a los niños a los puntos de encuentro de cada nivel... y, todo eso entre dos personas, con el añadido de tener que recibir a los niños y niñas escalonadamente, cogiendo el teléfono si llaman, lavando sabanitas bajeras del cole de las diferentes clases. En fin, muy divertido. ¡¡Y todo en menos de una hora!! Fenomenal.
Lo más divertido de esta semana ha sido el incremento masivo de niños de 1-2 años a comedor. Hemos pasado de 12 a 23 en menos de una semana. Bieeeeeen! Y como son muy peques, todavía no controlan demasiado lo de comer solitos, así que hay que echarles una manita, además de dar de comer a los que no comen entero, poner las camitas para, en cuanto terminen y los aseemos, ponerlos a hacer la siesta. Y esa es otra, que muchos no estan acostumbrados a dormirse solos. Los hay que necesitan el chupete, el osito, la mantita y media casa más, otros que no se duermen hasta que no te estiras a su lado y te haces la dormida (que muchas veces prácticamente no hace falta hacerlo ver); los hay que estan acostumbrados a dormirse con un biberón... ¡y otros que se duermen amorrados al pecho de su madre! ¡Vamos, lo que me faltaba! Un striptis en el trabajo para que el bebé duerma. ¡Venga ya!
Y, por si todo esto fuera poco, esta semana es... ¿cómo podría denominarla?, ¿la semana de la caca? Mmmm, queda demasiado fino. Pero es que de heces va la cosa. Tenemos bastantes peques que, si no tienen gastroenteritis poco les falta. Me he pasado toda la semana cambiando a niños/as cagados, emanando una peste horrorosa de sus diminutos cuerpecillos. ¡Diooooooos, muerteeeeee por asfixiaaaaa! Ayer al mediodía, fui a coger a uno de los minigemelos (es que son muuuuuy minis) y me manché toooda la camiseta. ¡Oleeeeee! No tenía otra limpia, así que tuve que ponerme la ropa de calle. Y, saliendo del trabajo tenía una reunión, así que me fui sudada.
Esta mañana, salgo de casa ¡Plof! se me caga una paloma. Buaaaaah. Llego al trabajo y toooodos los niños con descomposición o casi. Lo más bestia ha sido a la hora de la siesta. De 23 peques, 10 con caca... y, para terminar la jornada la pequeZoe, después de beber agua erupta y me escupe el agua en el pantalón, con algunos restos de papilla de fruta. ¿Algo más? Espero que no.
Lo que saco de todo esto: si pisar una mierda es que vas a tener buena suerte, quiere decir que yo tengo buena suerte a largo plazo, ¿no? Espero sinceramente que así sea. No hay mal que por bien no venga.
jajajajaja Encima se te caga una paloma? Ya ni las aves te respetan. Que hija de.... xD
ResponderEliminarBesos
Bueno, y no escribí lo de la abeja que se me coló en casa de noche... ¿Ande vas a esas horas, pudiendo estar durmiendo en tu panal? Si es que son ganas de morir aplastada por mis zapatillas.
ResponderEliminar(Para los que no sabéis la historia, se me coló una abeja mientras yo hablaba por teléfono. Yo pensaba que era una mosca, porque oía el zumbido pero nada más. Por fin la localicé dentro del foco de la luz del comedor, así que apagué la luz y me encerré en el dormitorio con las esperanza que la abeja, tal como entró saliera. Pero yo no me fiaba de dormirme y que me picara, así que me envalentoné y salí en busca de la abeja. Y como estaba a oscuras, tuve que ir en busca del interruptor y en el camino pisé algo que hizo crec... no hace falta que diga nada más, ¿no? Lo siento, abeja Maya, no era mi intención -_-u).
pobre abeja, seguro que le habian dado la semana de vacaciones tan ansiadas por muchos en el panal y las estaba disfrutando!!! todo el año esperando, sin picar a nadie para no morir y de repente....insitu de noche la chafa, aixxxx que vida esta...
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