
Lo que llevo peor son las escaleras. Mi madre tuvo la amabilidad de contar las 96 escaleras que conducen a mi piso y mi padre, cada vez que viene me pregunta cuándo me van a poner el ascensor. Qué gracioso él; ¡si no cabe ascensor! Como mucho un montacargas, que también me iría bien, sobretodo para subir la compra. Miremos la parte positiva, de esta experiencia voy a sacarme de encima unos kilitos, espero que tooodos los que me sobran.
Las comidas, pan comido. Si es que estoy hecha una cocinillas. Desde aquí le agradezco a mi hermana el regalarme el chisme ese que cocina al vapor; a ella no le sirvió de nada, a mí me ha salvado la vida. ahora sólo me falta preparar algo en el horno, pero no creo que me de muchas complicaciones. Vamos, que soy una crack... alguien tendrá que decírmelo, ¿no?Lo que más me gusta es sentarme en el escritorio, de noche, y mirar por la ventana. Acostumbrada a no ver otra cosa que la gasolinera de enfrente de casa de mis padres, ahora me encuentro con los tejados de las casas, el Tibidabo y la Torre de Collserola. Y el cielo, hoy lleno de nubes, mañana puede que también, pero yo veo más allá. cuando miro por esta ventana, lo que veo es una nueva etapa en mi vida. Puede que suene un tanto idealizado, pero creo que algo va a cambiar en mi vida y será algo bueno. El destino me ha traido al mismo lugar donde nacieron mis sobrinos... quien sabe.
Una entrada molt bonica. :-)
ResponderEliminarQuien sabe Sonia, quien sabe.... ;-)
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