viernes, 29 de enero de 2010

Fantasía musical



La semana pasada la directora de mi "escola bressol" me pasó un documento muy interesante de cómo trabajar la música con el primer ciclo de educación infantil. Me lo miré por encima, ya que no tengo demasiado tiempo pero lo poco que vi me pareció muy didáctico y práctico, así que se lo comenté al día siguiente.

Mi jefa me comentó que, si yo estaba de acuerdo, quería pedirme un favor. Había estado pensando en la posibilidad de hacer algo innovador, una serie de talleres para todos los niveles (de 0 a 3 años) dedicados a la música, todo adecuado a cada nivel madurativo. Cómo sabe que mi sueño frustrado ha sido y siempre será ser profesora de música, me pidió si podía encargarme yo de la tarea, ya que no soy tutora y puedo moverme por las ocho clases sin dificultad y, con la ventaja que conozco todos y cada uno de los alumnos de la escuela. ¡Por supuesto!, contesté. De momento durante el resto del curso me dedicaré a realizar algún taller de vez en cuando (no tengo tiempo ni para rascarme, menos para programar unidades didácticas centradas en la música, eso se tiene que preparar muy bien). Aun así, voy a ponerme con ganas, porque me hace muchísima ilusión.

Y aquí estoy, buscando audiciones, seleccionando sonidos y canciones, repasando mis apuntes de música del ciclo formativo y de la universidad, leyendo por mi cuenta. Vamos, todo un trabajo de investigación. Lo mío es meterme en berenjenales, lo sé. Y buscando, buscando me he encontrado con que mis referencias auditivas se basan prácticamente en dos de las mejores (a mi parecer) producciones de Disney que, a su vez, llevan el mismo nombre. Me refiero a Fantasía y Fantasía 2000.

La música nos hace sentir, experimentar, imaginar, a cada uno algo distinto pero que, al fin y al cabo, es algo que, cada vez que volvemos a escuchar aquella canción o esos primeros acordes, nos hace revivir aquellos momentos, aquellas emociones que vivimos al escucharlos por primera vez. Esa misma era la intención de los creadores de Disney al escoger ciertas piezas clásicas y representarlas gráficamente, bajo una seriación de imágenes en movimiento o una historia pensada por el propio compositor o totalmente nueva y creada para la ocasión.

Me quedo con una pieza de ambas películas:
- Noche en el Monte Pelado de M. Mussogsky


- El Pájaro de Fuego de I. Stravinsky

De pequeña esas películas consiguieron hacerme ver que yo no era la única que podía soñar despierta, y eso fue todo un alívio para mí. Me gustaría que, a través de los talleres, los niños y niñas puedan ser capaces de sentir y amar la música de la misma manera que yo lo hice y que me ha llevado a ser como soy.

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